Tipos de cerramientos para exteriores
Cuando se trata de disfrutar del exterior al máximo no hay nada mejor que un buen cerramiento. Además, dada la gran variedad de opciones que hay podrás escoger el tipo que mejor se ajuste a tus necesidades, tus gustos y, sobre todo, a tu presupuesto. Así podrás disfrutar del exterior en cualquier época del año y diversificar los usos que le das aprovechándolo al máximo.
En este sentido, los tipos de cerramientos para exteriores se podrían catalogar en tres grandes grupos:
- Laterales.
- Superiores.
- Parciales.
Veamos qué tipos de cerramientos hay para cada categoría, de modo que escojas el que mejor se adapta a ti.
Cerramientos laterales
Los cerramientos laterales son aquellos que sirven para delimitar el espacio. En esencia, son lo mismo que una pared, con la gran diferencia de que no es necesario hacer obras para instalarlos. Entre los más destacados encontramos:
- Cortinas de cristal.
- Cortinas deslizantes.
- Ventanales.
- Láminas de policarbonato.
- Paneles de aluminio.
- Lonas.
Cortinas de cristal
Las cortinas de cristal son paneles de vidrio que se instalan sobre un carril superior e inferior. Son el cerramiento más dinámico y versátil ya que cada panel puede actuar de forma independiente o en conjunto con el resto.
Esto se debe a que cada panel puede abatirse solo y actuar como una puerta, o puedes abatir varios y abrir el espacio en el porcentaje que tu desees. Su apertura llega hasta un máximo de un 95% de la extensión del cerramiento, lo que implica que puedes cerrar tu espacio exterior y abrirlo prácticamente al completo.
Aunque lo mejor que ofrecen las cortinas de vidrio es que son transparentes. De este modo tu espacio exterior obtiene un resultado súper elegante que te permite aprovechar por completo las vistas y la luz natural. Es como si, en realidad, no hubiese cerramiento alguno.
Cortinas deslizantes
Una alternativa a las cortinas de cristal son las cortinas deslizantes, o correderas. La gran diferencia es que en estas cortinas cada panel tiene su propio carril y hace de tope con el panel inmediatamente anterior.
Es decir, que al abrir el cerramiento deberás hacerlo siempre desde el mismo lado y deslizar los paneles hasta el punto en el que desees. Aunque se pierde versatilidad a la hora de aprovechar el espacio, la gran ventaja es que se gana mucha integridad estructural ya que es un cerramiento más robusto. Esto lo hace ideal, por ejemplo, para zonas que reciben rachas muy fuertes de viento o en las que hay niños que podrían juguetear con los paneles.
Ventanales
La siguiente y última iteración de los cerramientos en vidrio son los ventanales. Se trata de paneles de vidrio requieren una mayor inversión, aunque también ofrecen más posibilidades. La más notoria es que pueden ser con cámara de aire, para mejorar el aislamiento. Además, también se puede escoger el tipo de apertura deseada:
- Fija.
- Oscilante.
- Batiente.
- Oscilo-batiente.
- Corredera.
- Oscilo-paralela.
- Plegable.
Láminas de policarbonato
Las láminas de policarbonato se caracterizan por ser económicas y muy resistentes a los agentes externos como el viento, el polvo, la erosión, la temperatura, etc. Existen opciones en prácticamente cualquier color con el grado de transparencia que prefieras: transparentes, traslúcidas u opacas.
Paneles de aluminio
Los paneles de aluminio son similares al policarbonato en cuanto a resistencia, aunque también son más robustos estructuralmente y variados en los acabados. Los hay lacados, mate, satinados, texturizados imitación madera o piedra, etc. Si bien siempre son opacos, la gama de colores entre la que puedes elegir es tan amplia o más que con el policarbonato.
Lonas
La alternativa más económica para los cerramientos exteriores son las lonas. Estas pueden ser de tela o de PVC. En el caso del PVC las hay opacas, traslúcidas y transparentes. Aunque su resistencia no es muy grande, son ideales para cortar el viento en una terraza, delimitar bien el espacio y proteger del sol o la lluvia.



Cerramientos superiores
Salvo que realices la instalación en un porche, donde la propia construcción actuará como techo, en general siempre necesitarás un cerramiento superior que acompañe a tu cerramiento lateral. En este sentido, puedes escoger entre:
- Techo móvil.
- Techo fijo.
- Pérgola bioclimática.
Techo móvil
El techo móvil es la versión más popular para los cerramientos exteriores ya que se puede abrir y cerrar. En este sentido, combina a las mil maravillas con las cortinas de cristal dada su gran versatilidad. Puedes encontrar techos móviles de vidrio, de panel-sandwich, aluminio o de policarbonato. También puedes elegir entre la apertura automática y la apertura manual.
Techo fijo
Por el contrario, están los techos fijos. Este tipo de cubiertas es tan variado como desees, ya que todo dependerá del presupuesto que desees invertir. De más a menos económico, este sería el orden de los diferentes tipos que existen a tu disposición:
- Obra (ladrillo, teja, etc.).
- Madera.
- Vidrio.
- Panel-sandwich.
- Policarbonato.
- Aluminio.
- Lona.
Pérgola bioclimática
Si lo que deseas es algo más moderno y funcional, una cubierta bioclimática es tu mejor opción. Se trata de láminas móviles que pueden girar sobre sí mismas o abatirse por completo en un extremo de forma automática.
Así puedes variar entre una cubierta cerrada, una pérgola y un techo abierto. A este dinamismo hay que sumarle todas las opciones que ofrece:
- Sensores: son capaces de percibir si hace viento, demasiado calor o lluvia para adaptar la apertura y proteger mejor tu espacio.
- Iluminación: puedes integrar sistemas de iluminación en la pérgola para ambientar mejor tu espacio exterior.
- Control remoto: puedes configurar la pérgola desde un mando e incluso desde una app, aunque estés a kilómetros de distancia.
Cerramientos parciales para exteriores
Por último, están los cerramientos parciales, aquellos que no requieren de una cubierta superior y cuya función principal es delimitar el espacio a la par que ornamentar. Hablamos de:
- Pérgolas tradicionales.
- Vallas.
- Muretes.
Pérgola tradicional
La pérgola tradicional es una estructura que puede ser de acero, madera, aluminio o una combinación de estos materiales. Los hay con cubierta propia o sin cubierta. En el caso de no tener cubierta, todas están diseñadas para poder acomodar una tela, una cortina, una lona o incluso toldos. Además, también pueden incluir su propia base, lo que, en el caso de la madera, resulta especialmente acogedor y bonito en cualquier espacio exterior.
Vallas
En cuanto a vallas, existen tantas como te puedas imaginar. Desde las más pequeñas, para acotar una zona ajardinada de un camino, por ejemplo, hasta las más elevadas, para diferenciar una finca de otra. Las alturas intermedias son, sin embargo, las más demandadas como cerramientos exteriores. En ese sentido, podrás escoger entre una gran variedad de materiales como la lona, el cañizo, el acero, el aluminio, el pvc, el policarbonato, la madera, el ladrillo, el vidrio o una combinación de varios.
Muretes
Los muretes de mampostería son la versión de obra de las vallas, con idéntica función aunque también mucha mayor robustez. Su acabado, lógicamente, es más agreste y tradicional, aunque en espacios exteriores son los que mejor suelen quedar con un entorno ajardinado.
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